Belgrano rompe el maleficio y avanza en la Copa Argentina
¿Quién lo hubiese imaginado? Un Belgrano que venía de perder los últimos dos duelos frente a Independiente, se plantó en el Gigante de Arroyito y sacó pecho con un 2-0 indiscutible. El 1 de agosto de 2025 se volvió una noche que muchos hinchas celestes van a recordar, sobre todo porque en el historial reciente, Belgrano solía irse con el sinsabor de la derrota: cayó 2-0 en abril de 2023 y perdió 2-1 en 2018, sin contar aquel empate trabajado en septiembre de 2024.
Pero esta vez fue distinto. El equipo cordobés llegó preparado, con una idea muy clara: tapar espacios, cortar el circuito de juego de Independiente y explotar cada posibilidad de contraataque. A diferencia de lo que sufrió en los partidos previos, supo leer el partido y nunca sufrió en serio en el fondo. También pesó la concentración, algo que le venía faltando ante rivales fuertes.
El partido: disciplina táctica y oportunismo celeste
El Gigante de Arroyito, esta vez neutral, fue testigo de un Belgrano ordenado, apegado a la estrategia. Si bien no se detallaron los autores de los goles, lo cierto es que ambos llegaron en momentos clave del partido, cuando Independiente empujaba, pero sin ideas. La defensa pirata fue una muralla, y cada avance encontraba al equipo bien parado para salir rápido por las bandas.
Independiente arrancó con ganas, pero se topó con una barrera celeste que lo frustró hasta el final. Mientras la hinchada de Belgrano festejaba cada cruce y cada quite, los rojos caían en la desesperación. Físicamente, los cordobeses se notaron un punto arriba y aprovecharon para golpear cuando más duele: en los minutos en que su rival se jugaba el todo por el todo. Así llegó el primer gol y, con el segundo, el pase de ronda casi asegurado.
Más allá de la alegría, este triunfo significa mucho para Belgrano: ya no se trata solo de eliminar a un gigante del fútbol argentino, sino de romper el peso psicológico de las derrotas pasadas. Se notó una evolución en aspectos futbolísticos y mentales, algo que había costado en cruces anteriores.
- El equipo mostró solidez atrás.
- Aprovechó los errores del rival, sin desperdiciar sus chances.
- El mediocampo ganó la batalla de la intensidad.
Ahora Belgrano se instala en la siguiente fase, con la ilusión intacta y la confianza por las nubes. Para Independiente, otra frustración más y muchas preguntas de cara al futuro. El fútbol argentino, una vez más, da lugar para las sorpresas y los sueños inesperados.