El dolor de decir no a un icono
En el programa Happy Sad Confused, la británica Emily Blunt admitió que tuvo que rechazar el papel de Black Widow, una de las figuras más conocidas del Universo Cinemático de Marvel. "Me partió el corazón", confesó, y explicó que la decisión no fue cuestión de preferencia sino de una cláusula contractual con 20th Century Fox que la obligaba a protagonizar Gulliver's Travels.
Blunt dejó claro que el proyecto de Fox no le entusiasmaba; al contrario, lo describió como una película que terminó siendo un fracaso tanto de taquilla como de crítica. "No quería hacer Gulliver's Travels, pero el contrato me lo impuso", señaló, resaltando la rígida mano que las grandes productoras pueden ejercer sobre sus estrellas.

Contratos, oportunidades Marvel que se fueron y la carrera de Blunt
El rechazo de Black Widow abrió paso a Scarlett Johansson, quien abrazó el personaje y lo convirtió en un pilar de la saga. Blunt reconoció su desempeño diciendo que la actriz "lo tuvo, la mejor de las dos" y elogió su actuación como "increíble".
Pero esa no fue la única puerta que se cerró. Según la actriz, también estuvo en el candelero para interpretar a Peggy Carter, papel que finalmente recayó en Hayley Atwell. "Nadie me lo ofreció formalmente, y el momento nunca coincidió", comentó, subrayando que la planificación de Marvel y los compromisos previos a menudo chocan.
- Black Widow – rechazada por contrato con Fox.
- Peggy Carter – considerada, pero sin oferta oficial.
- Sue Storm (Fantastic Four) – rumores y consultas sin concretarse.
A lo largo de los años, los fans han especulado sobre Blunt en varios roles de Marvel, pero la actriz mantiene una postura realista: "Son rumores, conversaciones, intereses, pero nada definitivo".
Aunque perdió esos papeles, Blunt ha construido una trayectoria sólida y versátil. Tras A Quiet Place, Edge of Tomorrow y su participación en Oppenheimer junto a Robert Downey Jr., la actriz se consolida como una de las figuras más respetadas de Hollywood, demostrando que un revés contractual no define una carrera.
El caso de Black Widow pone de relieve cómo los acuerdos de estudio pueden moldear, o incluso frenar, el camino artístico de un actor. En el panorama actual, donde los universos compartidos dominan gran parte del mercado, la flexibilidad contractual se vuelve una pieza clave para no perder oportunidades que pueden cambiar el rumbo profesional.